La tiña en gatos
La tiña en gatos es una de las infecciones cutáneas más comunes en felinos, especialmente en aquellos que viven en colonias, refugios o tienen el sistema inmunológico debilitado. Aunque suele asociarse con una afección grave por su aspecto visual, la tiña es tratable con un diagnóstico adecuado y medidas de higiene específicas. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber para reconocerla, diferenciarla de otras afecciones similares y tratarla eficazmente.
¿Qué es la tiña en gatos?
La tiña es una infección fúngica (micótica) que afecta la piel, el pelo y, en algunos casos, las uñas del gato. Está causada principalmente por dermatofitos, siendo el más común Microsporum canis. A pesar de su nombre, no tiene relación con los gusanos, sino que recibe ese nombre por las lesiones circulares que suele provocar.
Este hongo se contagia fácilmente por contacto directo con un animal infectado o a través de objetos contaminados como cepillos, mantas o muebles. Los gatos jóvenes, mayores, de pelo largo o inmunodeprimidos son los más vulnerables, y en muchos casos pueden portar el hongo sin mostrar síntomas visibles, actuando como portadores silenciosos.
Síntomas comunes de la tiña en gatos
Lesiones circulares sin pelo
Uno de los signos más característicos de la tiña es la aparición de zonas redondas sin pelo, que pueden presentar enrojecimiento, descamación o una costra grisácea. Estas lesiones suelen aparecer en la cabeza, las patas, el lomo o alrededor del cuello.
Aunque en un primer momento pueden pasar desapercibidas, si no se trata a tiempo la infección se expande y las zonas sin pelo aumentan. En casos más avanzados, pueden surgir múltiples lesiones repartidas por el cuerpo del gato, generando molestias y picor.
Picor y rascado excesivo
Aunque no siempre aparece, el picor es otro de los síntomas posibles. Algunos gatos se rascan intensamente las zonas afectadas o se lamen con frecuencia, lo que puede empeorar las lesiones y causar infecciones secundarias por bacterias.
El rascado persistente también puede llevar a la inflamación de la piel, engrosamiento o heridas abiertas, complicando el diagnóstico inicial y confundiendo con otras afecciones como alergias o dermatitis.
Uñas y almohadillas afectadas
En algunos casos, la tiña puede extenderse a las uñas y provocar deformaciones, engrosamiento o cambios de color. Aunque es menos común, cuando esto ocurre suele ir acompañado de una infección más profunda que requiere tratamiento prolongado.
También es posible que las almohadillas de las patas presenten lesiones, costras o sequedad anormal. Estos signos deben evaluarse por un veterinario para confirmar si están relacionados con la infección por dermatofitos.
Diferencia entre tiña y sarna en gatos
-
Causa
- Tiña: infección por hongos dermatofitos.
- Sarna: infestación por ácaros (como Sarcoptes o Notoedres).
-
Contagio
- Tiña: puede transmitirse a humanos (zoonosis).
- Sarna: algunos tipos son altamente contagiosos, pero no todos afectan al ser humano.
-
Síntomas
- Tiña: lesiones circulares sin pelo, descamación y posible picor.
- Sarna: picor muy intenso, costras, engrosamiento de la piel.
-
Diagnóstico
- Tiña: mediante lámpara de Wood, cultivo fúngico o examen microscópico.
- Sarna: raspado cutáneo y observación al microscopio.
-
Tratamiento
- Tiña: antifúngicos tópicos y orales.
- Sarna: antiparasitarios específicos.
Tratamiento de la tiña en gatos
El tratamiento de la tiña en gatos debe ser supervisado por un veterinario, ya que no solo implica curar las lesiones visibles, sino también controlar la propagación del hongo y prevenir recaídas. Existen dos tipos de tratamiento principales: el tópico y el sistémico, que suelen combinarse con medidas de higiene ambiental estrictas.
Tratamiento tópico
El tratamiento tópico consiste en aplicar productos antifúngicos directamente sobre las zonas afectadas. Los más comunes son cremas, ungüentos o soluciones en spray que contienen miconazol, clotrimazol o enilconazol. Su objetivo es eliminar el hongo desde la superficie de la piel y evitar que se siga propagando.
En casos más extensos o cuando hay múltiples lesiones, se recomienda también el baño con champús medicados antifúngicos, que ayudan a tratar las zonas afectadas y a eliminar esporas del pelaje. El tratamiento tópico debe realizarse con constancia, siguiendo las indicaciones del veterinario y asegurando que el producto actúe el tiempo suficiente sobre la piel.
Tratamiento sistémico (oral)
Cuando la infección es grave o no responde al tratamiento tópico, se recurre a medicación oral antifúngica, como la griseofulvina, itraconazol o terbinafina. Estos fármacos actúan desde el interior del organismo, combatiendo el hongo de forma más profunda y sostenida.
El tratamiento oral suele durar varias semanas y requiere controles veterinarios para evaluar su efectividad y posibles efectos secundarios, especialmente en gatos con enfermedades hepáticas o renales. Aunque puede parecer más agresivo, es fundamental en casos persistentes o contagios en hogares con varios animales.
Medidas de desinfección ambiental
La tiña es muy contagiosa y sus esporas pueden permanecer en el ambiente durante meses. Por eso, la desinfección del entorno es clave para evitar reinfecciones. Se recomienda limpiar diariamente suelos, textiles, juguetes y superficies con productos antifúngicos como la lejía diluida (1:10) o desinfectantes veterinarios específicos.
También es recomendable aspirar frecuentemente alfombras, sofás o camas de mascotas, deshacerse de los pelos contaminados y lavar con agua caliente todos los tejidos con los que el gato haya tenido contacto. En algunos casos, se opta por restringir el acceso del animal a ciertas zonas de la casa durante el tratamiento.
Tiña en gatos y humanos: Lo que debes saber al respecto
- La tiña es zoonótica: puede transmitirse de gatos a humanos, especialmente en niños, personas mayores o con el sistema inmunitario débil.
- Usa guantes y lávate bien las manos: al aplicar tratamientos o manipular al gato infectado, es esencial mantener una buena higiene personal.
- Evita el contacto prolongado con las lesiones: no acaricies zonas afectadas y evita que el gato duerma en la cama durante el tratamiento.
- Revisa a todas tus mascotas: si conviven varios animales, es posible que también estén contagiados, aunque no presenten síntomas.
- Consulta a tu médico: si detectas lesiones circulares, enrojecidas o con picor en tu piel, acude al dermatólogo. El tratamiento en humanos suele ser sencillo con antifúngicos.
¿Tu gato podría tener tiña o necesitas asesoramiento veterinario? Si tienes dudas sobre los síntomas o el tratamiento más adecuado, te recomendamos acudir a un profesional especializado en dermatología felina. Un diagnóstico a tiempo puede evitar contagios y acelerar la recuperación de tu compañero peludo.
Más allá del tratamiento veterinario, no olvides que una buena alimentación es clave para fortalecer el sistema inmunitario de tu gato. Un gato bien nutrido tiene más defensas para combatir infecciones como la tiña. En Only Fresh creemos que el bienestar de tu peludo empieza por dentro: por eso diseñamos recetas naturales de comida para gatos, equilibradas y adaptadas a cada etapa de su vida. Porque el cuidado de su salud empieza con la alimentación.