Caracteristicas

El origen del Fila brasileiro se remonta al periodo colonial en Brasil, cuando los colonos europeos cruzaron perros mastines, sabuesos y bulldogs con el fin de obtener una raza robusta y funcional. Estos cruces dieron como resultado un perro con gran fuerza física, desarrollado para custodiar haciendas, manejar ganado y proteger a las familias rurales de intrusos o animales salvajes.

Durante siglos, el Fila fue seleccionado más por sus cualidades prácticas que por su apariencia, lo que explica la gran funcionalidad de su temperamento: un perro de trabajo que no duda en defender lo que considera suyo. En su país de origen es considerado símbolo nacional y goza de gran respeto, aunque su uso ha sido en ocasiones polémico debido a su poderosa presencia y determinación.

Con el tiempo, esta raza se fue introduciendo en otros países, siempre bajo la premisa de que debía ser criada con responsabilidad. Actualmente, el Fila brasileiro está regulado por estándares estrictos y asociaciones especializadas que buscan preservar su esencia, evitando conductas agresivas no deseadas con una buena socialización desde cachorro.

El Fila brasileiro es un perro de gran tamaño, con una complexión fuerte y musculosa. Su cuerpo es largo y macizo, su piel es suelta y presenta pliegues visibles, especialmente en la cabeza y el cuello. El pelaje es corto, denso y puede ser de diversos colores: leonado, atigrado o negro, con o sin máscara.

Uno de los aspectos más destacados del Fila es su temperamento extremadamente protector, lo que lo convierte en un excelente perro de guardia. Es muy leal a su familia y desconfiado con los extraños, por lo que requiere un tutor con experiencia en razas guardianas. Su instinto de protección está profundamente arraigado, lo que lo hace eficaz, pero también requiere una correcta educación desde temprana edad.

A pesar de su carácter imponente, el Fila puede ser afectuoso y tranquilo en el entorno familiar. Tiene una gran tolerancia al dolor y una capacidad natural para cuidar a los más vulnerables del hogar. Eso sí, necesita espacio, actividad moderada y, sobre todo, una figura de referencia firme y coherente.

El Fila brasileiro no es una raza que se adapte bien a la vida en pisos o espacios reducidos. Necesita espacio, un entorno controlado y una rutina estable, con salidas regulares y actividades que estimulen su cuerpo y mente. Aunque no requiere ejercicio extremo, sí precisa actividad diaria para mantenerse equilibrado.

A nivel de higiene, su pelaje corto es fácil de mantener con cepillados semanales, aunque debido a la piel suelta conviene revisar pliegues y orejas para evitar infecciones. También puede babear más que otras razas, por lo que se recomienda mantener limpias ciertas zonas de la cara y el cuello con frecuencia.

La socialización temprana y una educación basada en el respeto y la firmeza son claves para que el Fila sea un perro estable y manejable. No es una raza apta para personas sin experiencia o que busquen un perro sociable con todo el mundo. Requiere compromiso, liderazgo y una estructura clara en su día a día.

Como muchas razas de gran tamaño, el Fila brasileiro puede ser propenso a la displasia de cadera y de codo, dos enfermedades osteoarticulares que afectan la movilidad y calidad de vida del perro. Es importante elegir criadores responsables que hagan controles genéticos y veterinarios.

Otra dolencia que puede presentarse es la torsión gástrica, un problema digestivo grave que requiere atención veterinaria urgente. Para evitarlo, se recomienda dividir la comida en varias tomas y evitar el ejercicio intenso justo antes o después de comer.

Además, por su piel flácida y sus pliegues, puede sufrir problemas dermatológicos si no se mantiene una buena higiene. También conviene estar atentos a sus orejas caídas, ya que pueden acumular humedad y desarrollar infecciones si no se limpian regularmente.

Una dieta de calidad es la base para que un perro de gran tamaño y exigencias como el Fila brasileiro se mantenga en forma y saludable. En OnlyFresh encontrarás piensos naturales, ricos en proteínas y adaptados a sus necesidades específicas, que refuerzan su sistema inmunológico, cuidan su digestión y ayudan a mantener su musculatura en óptimas condiciones. Porque un perro sano empieza con una buena nutrición.