Las lombrices son uno de los parásitos intestinales más comunes en gatos, y pueden afectar tanto a felinos domésticos como callejeros. Aunque muchas veces pasan desapercibidas en las primeras fases, pueden provocar síntomas importantes y afectar al bienestar general del animal si no se detectan y tratan a tiempo. En este artículo, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre las lombrices en gatos, cómo identificarlas, prevenirlas y tratarlas de forma segura.
¿Qué son las lombrices de los gatos?
Las lombrices son parásitos intestinales que se alojan en el aparato digestivo de los gatos. Se alimentan de los nutrientes que consume el animal, lo que puede generar carencias nutricionales, pérdida de peso y molestias intestinales. Algunas especies incluso pueden liberar toxinas o provocar daños en los órganos si no se tratan adecuadamente.
Los gatos pueden infectarse por lombrices de varias formas: al ingerir huevos o larvas presentes en el entorno, al cazar presas infectadas (como ratones o aves) o incluso a través de pulgas. Por eso, la prevención es clave, sobre todo en gatos que salen al exterior o viven en contacto con otros animales.
Tipos de lombrices en gatos
Lombrices redondas (Toxocara cati)
Las lombrices redondas son de las más frecuentes en gatos, especialmente en cachorros. Se alojan en el intestino delgado y pueden llegar a medir varios centímetros. Estas lombrices absorben nutrientes del alimento digerido, provocando desnutrición, distensión abdominal y debilidad general.
Una de las características más visibles es que pueden aparecer en las heces o en el vómito, lo que facilita su identificación. También existe un riesgo de transmisión a humanos, por lo que se consideran un problema de salud pública si no se controlan con desparasitaciones periódicas.
Tenias (Dipylidium caninum)
Las tenias son lombrices planas que se alojan en el intestino del gato y pueden medir más de 30 centímetros. Su forma segmentada hace que parte del parásito se desprenda y aparezca en las heces como pequeños granos de arroz, algo que suele alarmar a quienes lo ven por primera vez.
El contagio suele producirse a través de la ingestión de pulgas infectadas, lo que hace fundamental controlar también la presencia de estos insectos en el entorno del gato. Aunque suelen causar síntomas leves, pueden generar molestias anales, adelgazamiento o cambios en el apetito.
Lombrices ganchudas (Ancylostoma spp.)
Estos parásitos se fijan a la pared intestinal del gato, donde se alimentan de sangre. Su presencia puede causar anemia, heces oscuras o sangrientas y letargo, especialmente en animales jóvenes o debilitados. No siempre son visibles a simple vista, por lo que se detectan mediante análisis veterinarios.
El contagio puede producirse por contacto con suelos contaminados, especialmente en zonas con alta presencia de gatos callejeros. Además, son uno de los tipos de lombrices en gatos que también pueden afectar a las personas, lo que hace aún más importante su control.
Síntomas más comunes de las lombrices en gatos
La presencia de parásitos intestinales en gatos no siempre se detecta a simple vista. En muchos casos, los síntomas aparecen de forma progresiva y pueden confundirse con otros problemas digestivos o de comportamiento. Por eso, es importante prestar atención a cualquier cambio en sus hábitos o estado físico. A continuación, te explicamos los signos más frecuentes asociados a los gusanos en gatos.
Cambios en el apetito
Uno de los síntomas más habituales es una alteración en el apetito. Algunos gatos pueden mostrar un aumento repentino de hambre, mientras que otros dejan de comer casi por completo. Esto se debe a que las lombrices compiten por los nutrientes, lo que obliga al gato a buscar más comida o, por el contrario, le genera malestar estomacal que le quita el apetito.
Si este cambio se mantiene durante varios días o viene acompañado de pérdida de peso o apatía, puede ser una señal de alerta. No es normal que un gato tenga fluctuaciones tan marcadas en su conducta alimentaria sin un motivo claro. Una visita al veterinario puede ayudar a confirmar si hay presencia de lombrices u otra causa subyacente.
Vómitos o diarrea
Las lombrices pueden irritar el tracto digestivo y provocar vómitos o diarrea intermitente. A veces incluso se pueden observar fragmentos del parásito en los vómitos o en las heces, especialmente en casos de tenias o lombrices redondas. Esto suele ser un indicio claro de infestación.
Más allá del malestar que provoca, estos síntomas pueden derivar en deshidratación si no se tratan a tiempo, especialmente en gatitos o gatos mayores. Cualquier episodio prolongado de vómitos o heces blandas debe tratarse como una señal de alarma y requiere revisión veterinaria.
Abdomen hinchado
La inflamación abdominal es un signo típico en gatos con lombrices, especialmente cuando se trata de infestaciones severas o de gatitos. Un vientre redondeado, aunque el gato esté delgado, suele ser una consecuencia directa de la presencia de parásitos en el intestino que generan gases y retención de heces.
Este síntoma puede pasar desapercibido si el gato tiene mucho pelo o si el cambio ocurre de forma gradual. Sin embargo, un abdomen anormalmente hinchado o duro al tacto siempre es motivo de preocupación y debe evaluarse cuanto antes.
Picor o molestias en la zona anal
Otro signo común es que el gato se lama, muerda o arrastre la parte trasera por el suelo con frecuencia. Esta conducta puede indicar picor o irritación anal provocada por la expulsión de segmentos de lombrices, sobre todo en el caso de las tenias.
Aunque también puede deberse a otros problemas, como glándulas anales obstruidas, es un comportamiento que debe observarse de cerca. Si va acompañado de otros síntomas gastrointestinales, es muy probable que esté relacionado con una infestación de parásitos.
¿Cómo evitar las lombrices en los gatos?
La mejor forma de proteger a tu gato de los parásitos intestinales es actuar de forma preventiva. Aunque no siempre se pueden evitar por completo, existen varias medidas que reducen significativamente el riesgo de contagio, sobre todo si tu gato tiene acceso al exterior o convive con otros animales.
Una de las acciones más importantes es la desparasitación interna regular, siguiendo el calendario recomendado por tu veterinario. Existen productos en comprimidos, pipetas o jarabes que ayudan a eliminar o prevenir distintos tipos de lombrices en gatos, adaptándose a cada situación y edad.
Además, es fundamental controlar la presencia de pulgas, ya que algunas lombrices, como la tenia, se transmiten a través de estos insectos. Mantener el entorno limpio, evitar que el gato cace presas infectadas y revisar periódicamente sus heces puede marcar la diferencia para mantenerlo sano y libre de parásitos.
Cómo tratar las lombrices en gatos
Si tu gato ya presenta síntomas o el veterinario confirma la presencia de lombrices, el tratamiento dependerá del tipo de parásito detectado. Existen antiparasitarios específicos que eliminan las lombrices en pocos días, pero deben ser administrados bajo supervisión veterinaria, ya que una dosis incorrecta puede ser ineficaz o perjudicial.
Durante el tratamiento, es importante vigilar la evolución del gato, asegurarse de que se mantenga bien hidratado y que recupere el apetito y el ánimo. En casos más graves, puede ser necesario repetir el tratamiento o combinarlo con suplementos para recuperar el equilibrio intestinal. También es recomendable reforzar la higiene durante estos días: limpia bien la bandeja de arena, evita el contacto directo con las heces y lava los textiles donde el gato duerme.
La prevención y el tratamiento son fundamentales, pero la alimentación también juega un papel clave. En Onlyfresh elaboramos menús naturales, equilibrados y sin ingredientes artificiales, diseñados para favorecer una digestión sana y reforzar el sistema inmune de tu gato. Nutrir bien a tu gato es también una forma de protegerlo desde dentro.